paletas de colores

¿Qué es una paleta cromática y cómo se utiliza?

Si quieres realizar creaciones de diseño gráfico que consigan sus objetivos de captar la atención del público o transmitir emociones, necesitas dominar la paleta de colores. 

Autor: Agustín Pérez
Diseño gráfico
23 de Mayo de 2024

Existe un estudio de marketing, llamado El impacto de los colores en marketing, que ha revelado que hasta un 90% de las decisiones de compra se basan en el color. Por esta razón, si trabajas en el ámbito del diseño en cualquiera de sus formas, pero sobre todo en el diseño gráfico, necesitas conocer y dominar la paleta de colores

En este artículo, vamos a conocer qué es y cómo se debe utilizar, pero si quieres obtener más información sobre ella y otros conceptos imprescindibles para tus creaciones, te recomendamos inscribirte en el Máster en Diseño Gráfico

¿Qué es la paleta cromática?

La paleta cromática es un conjunto de colores seleccionados y utilizados en el diseño gráfico para crear una armonía visual y transmitir un mensaje específico. Aunque lo pueda parecer, esta selección nunca es arbitraria; sino que se basa en teorías del color, ya que este puede influir en gran medida en nuestra percepción o en las emociones que despierta. 

Una paleta de colores bien elegida puede reforzar la identidad de una marca, mejorar la legibilidad y guiar la atención del espectador. Por eso, quienes trabajan en diseño gráfico deben tener conocimientos avanzados sobre combinaciones de colores, contrastes y matices, que permitan alcanzar los objetivos que se hayan marcado. No obstante, hoy en día existen incluso herramientas para crear una paleta propia de colores.  

El proceso de selección de las combinaciones de la paleta de colores comienza con la comprensión del objetivo del diseño y del público al que va dirigido. Por ejemplo, una paleta en tonos cálidos y llamativos puede funcionar para un evento deportivo, mientras que los tonos más suaves y neutros pueden ser más apropiados para un sitio web corporativo.

En cuanto a los tipos de paletas de colores, las más usadas son las monocromáticas, que son las variaciones de un solo color; análogas, que usan colores adyacentes en la rueda de color;  complementarias, con colores opuestos; triádicas, con tres colores equidistantes, y las tetrádicas, con dos pares de colores complementarios. 
 

 

paleta de colores

 

¿Cómo crear una paleta de colores?

Crear una paleta de colores eficaz es un proceso del diseño gráfico que cuenta con varias fases. Si bien es imprescindible tener creatividad y sentido del gusto a la hora de crear combinaciones y armonías, los conocimientos técnicos también tienen un gran peso. A continuación te dejamos los aspectos que se deben valorar en dicho proceso:

Definir el objetivo y el público

El primer paso para crear una paleta de colores es comprender en profundidad cuál es el propósito del diseño y el público objetivo a quien va dirigido. Puedes preguntarte cuál es el mensaje principal que se desea transmitir y quién va a recibirlo. En función de quién sea esa audiencia y sus características, se opta por unos colores u otro. A modo de ejemplo, los colores llamativos siempre resultan más vivaces y juveniles. Sin embargo, los más oscuros o los fríos, transmiten más serenidad. 

Conocer la teoría del color

En el siguiente apartado, entraremos en más detalles sobre esta, pero viene a ser un conjunto de principios que explican cómo los colores interactúan entre sí y cómo percibimos esas interacciones. En el centro de esta teoría está la rueda de colores, que organiza los colores en un círculo y muestra sus relaciones.

Los esquemas de color, como los monocromáticos, análogos, complementarios, triádicos y tetrádicos, guían a los diseñadores en la creación de paletas de colores que sean armónicas. Por ejemplo, los colores análogos, que están cerca unos de otros en la rueda de colores, suelen crear combinaciones suaves y tranquilas, mientras que los complementarios de la paleta de colores, que están en puntos opuestos, producen un contraste.

Tener conocimientos sobre estos conceptos ayuda a seleccionar los colores adecuados para que vayan acorde con el mensaje que se quiere transmitir y que provoquen las emociones deseadas en el público objetivo. 

Elegir el color base

El color base actúa como el pilar central del diseño, y es el que establece el tono y la dirección estética del proyecto. Por eso, es el primero que se debe seleccionar. Para ello, hay que considerar la identidad de la marca, el propósito del diseño y las emociones que se pretenden evocar en la audiencia.

En la identidad de la marca, el color debe estar alineado con la personalidad y los valores de aquella, porque debe reflejar su esencia y fortalecer su reconocimiento visual. Por ejemplo, una marca que busca transmitir confianza y profesionalidad puede optar por un color base azul, mientras que una marca que busca energía y dinamismo puede elegir un color base rojo o naranja.

El propósito del diseño y el mensaje que se desea comunicar influyen en la elección porque, inconscientemente, hacemos asociaciones de colores. El verde va ligado a la naturaleza y el medioambiente, mientras que el negro o el gris los relacionamos con la modernidad, la tecnología o la innovación. 

En cuanto a las emociones, los colores pueden repercutir en nuestro estado de ánimo. Por tanto, en función de las que se quieran despertar, la elección será una u otra. Los tonos cálidos generan una sensación de alegría y optimismo, y los tonos más fríos, como el azul y el verde, pueden transmitir calma y serenidad.

Seleccionar colores complementarios y de acento

Una vez que se tiene el color base, se deben elegir los complementarios y de acento, que ayudarán a crear un contraste que llame la atención. Estos colores se suelen usar para resaltar elementos clave del diseño y captar la atención del espectador. 

Por otro lado, los colores de acento son tonos adicionales que se seleccionan para añadir interés visual y destacar ciertos aspectos del diseño. Estos colores también deben complementar a la paleta principal y se deben usar con moderación para no sobrecargar el diseño. Como en el resto del proceso, se debe tener siempre presente la coherencia y la armonía con el color base, ya que todos deben transmitir el mismo mensaje. 

Probar y ajustar

Cuando se tiene la paleta de colores completa, hay que probarla en contextos reales. En esta etapa, se suelen crear prototipos o maquetas que permiten visualizar cómo interactúan los colores en diferentes escenarios.

Hay que fijarse en el contraste entre unos y otros, ya que si hay texto, este debe ser legible y los elementos importantes deben quedar destacados. También debe haber equilibrio entre todos para que no haya una dominancia excesiva de uno sobre los demás. Y en tercer lugar, consistencia; es decir, que la paleta cromática se debe poder mantener en cualquier medio y plataforma donde se use.  Como mencionamos al comienzo, hay herramientas digitales para crear paletas, que ayudan con la elección del color principal y los demás. 

Documentar la paleta cromática

Una vez finalizada la paleta, hay que documentar los colores seleccionados con sus códigos hexadecimales, RGB o CMYK. De este modo, cada vez que se vayan a emplear, se conocerá exactamente el número de cada color y se usará siempre el mismo. También es conveniente incluir ejemplos de uso de cada color en diferentes contextos. Por ejemplo, fondos, textos y acentos.

 

paleta de colores

 

La teoría del color

La teoría del color explora cómo percibimos y comprendemos los colores. En el centro de esta teoría está la rueda de colores, que es una herramienta visual que organiza los colores en un círculo, y que muestra cómo se relacionan y combinan. 

Esta rueda de colores clasifica los colores primarios, secundarios y terciarios, y se disponen en ella de manera que los colores cercanos crean armonía, mientras que los colores opuestos proporcionan contraste. Comprender estas relaciones y el resultado de las combinaciones ayuda a saber seleccionar los colores adecuados en un contexto creativo. No solo dentro del diseño gráfico, sino en cualquier otro ámbito, como puede ser la moda, la pintura o la decoración. 

La teoría del color también abarca los esquemas de color, como los monocromáticos, análogos, complementarios, triádicos y tetrádicos. Y además, considera cómo los colores influyen en nuestras emociones, percepciones y respuestas psicológicas. 

Los esquemas de color monocromáticos utilizan diferentes tonalidades de un solo color para crear armonía en un diseño. Los análogos usan colores adyacentes en la rueda cromática para conseguir combinaciones que sean suaves y equilibradas. Los complementarios se basan en colores opuestos en la rueda cromática para generar contraste y dinamismo. Por otro lado, los triádicos se componen de tres colores equidistantes en la rueda cromática, y consiguen una combinación equilibrada. Por ultimo, los esquemas tetrádicos utilizan dos pares de colores complementarios para crear una paleta variada y con mucho contraste visual.

Círculo cromático

El círculo cromático es una representación visual en la teoría del color, que organiza los colores en un formato circular para mostrar sus relaciones y combinaciones. Su estructura es esencial porque es la que permite comprender cómo interactúan los colores y cómo pueden utilizarse de forma eficaz en cualquier disciplina creativa. Para la distribución de colores en el círculo, estos se clasifican en tres tipos:

Colores primarios

Los colores primarios son aquellos fundamentales que no pueden obtenerse mediante la mezcla de otros. Es decir, que son los bloques de construcción básicos de todos los demás colores en el espectro. Los tres colores primarios son el rojo, el azul y el amarillo. El rojo se suele usar para transmitir pasión y energía; el azul calma y serenidad, y el amarillo, alegría, energía y optimismo. 

En cuanto a la mezcla de colores, los colores primarios son esenciales porque a partir de ellos se crean los secundarios y los terciarios. Pero también son importantes en la síntesis aditiva de colores, como ocurre en las pantallas de televisión y los monitores de los ordenadores. En este contexto, los colores primarios son el rojo, el verde y el azul, y cuando se combinan en diferentes proporciones, se pueden crear otros colores visibles.

Colores secundarios

Los colores secundarios son aquellos que se obtienen al mezclar dos colores primarios en partes iguales. Esta mezcla da como resultado tres colores secundarios principales, que son el verde, el naranja y el violeta.

El verde se crear a partir de la mezcla de azul y amarillo. Se relaciona con la naturaleza y evoca sensaciones de frescura. El naranja se crea mediante la combinación de rojo y amarillo, y transmite energía y vitalidad. Por último, el violeta, producido por la mezcla de rojo y azul, sugiere sofisticación y creatividad. Los colores secundarios permiten crear composiciones que sean atractivas y equilibradas a la vista, pero también armónicas

Colores terciarios

Los colores terciarios son el resultado de la mezcla de un color primario con uno secundario adyacente en la rueda cromática. Estos colores intermedios amplían aún más la paleta cromática y permiten una mayor variedad de tonalidades. 

Por ejemplo, si mezclamos el color primario azul con el color secundario verde, se obtiene un color terciario como el azul verdoso. Otros ejemplos son el amarillo verdoso, el azul violáceo, el rojo anaranjado, el amarillo anaranjado, el azul verdoso y el rojo violáceo. Los colores intermedios se suelen usar para crear transiciones suaves entre tonos más saturados, y consiguen también que las paletas de colores sean más complejas y sofisticadas.
 

Colores complementarios

Los colores complementarios son aquellos que se encuentran en lugares opuestos en la rueda cromática. Esta relación de oposición crea un contraste visual que resulta dinámico y que llama la atención de nuestro ojo. 

Cuando colocamos colores complementarios juntos, cada uno resalta la intensidad del otro, y se crea así una sensación de energía y equilibrio en el diseño. Por ejemplo, el rojo y el verde son colores complementarios, al igual que el azul y el naranja, y el amarillo y el violeta. 

Estas mezclas se usan para generar impacto visual y captar la atención del espectador. Los colores complementarios también se pueden utilizar para resaltar elementos importantes en un diseño, como llamadas a la acción o puntos focales, ya que añaden interés y profundidad a la composición general.

Si quieres dominar más conceptos del diseño gráfico, además de todos los relativos a la paleta de colores, solo tienes que inscribirte en nuestro máster y aprenderás los conocimientos y habilidades imprescindibles para trabajar en este sector. 

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