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Infografía animada

"El objetivo de cualquier infografía: convertir la información en conocimiento. Es decir, transformar datos en una narración comprensible".

Autor: Óscar Guayabero
Diseño web
17 de Junio de 2020

En algún post anterior ya he comentado la importancia creciente de la infografía, tanto en la prensa digital como en cualquier soporte web. Precisamente, estos soportes permiten que las infografías tengan movimiento. Es decir, que no sea una imagen estática sino que esté animada. Eso puede hacer que los datos evolucionen respecto al tiempo, por ejemplo y así vemos la progresión. También pueden sugerir movimientos, situaciones, posiciones de los participantes cuando, se trata de una infografía que intenta explicar un hecho ocurrido y sitúa a sus personajes. 

En primer lugar, hay que recordar cual es el objetivo de cualquier infografía: convertir la información en conocimiento. Es decir, transformar datos en una narración comprensible. Esto es muy importante, porque el movimiento añadido al gráfico no puede ser, ni gratuito, ni generar ruido visual que nos confunda, debe estar siempre al servicio de hacer más fácil la comprensión de aquello que se está analizando. El reto, es recuperar el elemento innovador sin perjuicio de los fundamentos básicos de una infografía. Y nada mejor que darle un poco de vida al contenido. Es, en resumen, un formato animado de comunicación visual de datos, utilizando la tecnología que sirve para reproducir imágenes estáticas en una secuencia temporal finita o en bucle y con un control temporal de la duración de la exposición de cada imagen. Cuando la reproducción se ajusta como mínimo a 15 imágenes por segundo y existe una continuidad en el movimiento de los elementos fotografiados, la sensación es cinematográfica.

De hecho, estas animaciones se han llamado, en ocasiones, gifographics. Es decir la mezcla entre un GIF y una infografía. Ya en 2016 se hablaba de que este nuevo formato sería el futuro de los gráficos. No ha sido tanto así, por su dificultad y coste pero si es cierto que estas pequeñas animaciones han empezado a ser habituales en algunos medios. Aunque los puristas las preferían llamar cinemagraphs. El término "cinemagraph" fue acuñado por los fotógrafos de EE. UU. Kevin Burg y Jamie Beck, quienes utilizaron la técnica para dar vida a sus fotografías de moda y noticias empezando en principios de 2011.

En todo caso, y al margen del nombre, lo interesante es saber que podemos hacer con estas técnicas de animación y también los peligros que entraña usarlas. En algunos casos se trata solo de reforzar un aspecto del gráfico. Un pequeño movimiento tipo GIF, puede hacer que el lector fije su mirada en aquel punto donde creemos que reside el mayor interés de la infografía y así captar la información relevante en un primer vistazo. 

También puede usarse para explicar el funcionamiento de algún aparato, herramienta o mecanismo. La animación nos permitirá que el usuario visualiza los movimientos que tiene que hacer para montar un mueble, por ejemplo. O que posibilidades de giros y posiciones nos ofrece un nuevo trípode fotográfico, para poner otro ejemplo sencillo. Se han usado habitualmente para promocionar nuevos productos que aún no existen y buscan financiación en webs de startups. Es una buena forma de hacer visible aquello que aún no está fabricado.

Insisto en que como siempre, en infografía, lo importante es que los datos sean precisos, los gráficos sean ilustrativos y la transmisión de conocimiento sea efectiva. Es siempre recomendable rodearse de expertos del tema que estemos tratando. Tener una base científica (respecto al tratamiento de los datos) es importante. Hay un ejemplo bastante reciente de las posibilidades de estas herramientas. Hace unos días apareció un artículo en El País

Se trata de un artículo sobre tres casos de estudio del contagio del Covid 19. Los gráficos van evolucionando para que visualicemos como se extiende el virus en tres situaciones distintas. En realidad, no hay movimiento, si no que los gráficos mutan cuando hacemos el scroll del ratón. Cuando lo vi, me impresionó la capacidad informativa que tenían y las posibilidades para visualizar situaciones complejas.

En esta misma línea, hay una clásico en la infografía en movimiento que proviene del 2014. Aún hoy sigue siendo fabulosa. Se trata de una ilustración que nos explica el movimiento de las alas de distintos animales voladores, de insectos a aves, pasando por el murciélago. En este caso, el movimiento se produce en bucle y nos hace conscientes de las diferencias en el batir de las alas de las diferentes especies analizadas. Además, es de una belleza gráfica indiscutible.

Hay muchos diseñadores que se han adentrado en este campo. Uno de los que más me llaman la atención es Jacob O’Neal, un animador/diseñador norteamericano que reúne su trabajo en su página Animagraffs

Sus animaciones son tan atractivas que hay algunos videos que se han vuelto virales, no sólo por la información que contienen sino también por el puro placer de visualizar como, por ejemplo, funciona una máquina de coser, o una guitarra eléctrica. Estos diseños, que tienen menos peso que un video y son mucho más atractivos visualmente que una infografía estática, han logrado darle un nuevo enfoque a la infografía digital. Su trabajo ha sido reclamado por empresas importantes para convertir explicaciones complejas en pequeños espectáculos visuales.

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