

Los diseños web sencillos se llevan mucho últimamente. El minimalismo funcional ha llegado a las webs que ya no deben llamar la atención sino ser capaces de dar la información que requiere el usuario y de la forma más óptima.
Una web es un escaparate, y el cerebro solo necesita un par de segundos para saber si le gusta o no. Y no podemos permitir que una de las razones por las que cierre la web sea por un diseño sobresaturado y que no es fácil de usar. Una vez que ya se ha entrado en la web no hace falta llamar la atención, sino seguir unas normas para gustar al visitante medio. Todo esto está cada vez más estudiado y por eso es tendencia y se empiezan a cambiar las webs para seguirla. En pocas palabras, una web debería ser accesible o seguir unos patrones similares a otras webs de éxito, tener una información justa y expuesta de un modo conciso y entendible y unos colores atrayentes.
Como ya hemos dicho, estos diseños web sencillos siguen ciertos patrones. Por ejemplo, los menús tienen pocas páginas a las que guiar a los usuarios, la paleta de colores ha de estar estudiada y dar contraste sin saturar y no debe haber más de dos familias de fuentes. No se requieren grandes elaboraciones para hacer un buen diseño. No debería ser dificultoso acceder a la web ni a la información en esta. Cualquier cosa que se interponga en ello es algo negativo, por mucho tiempo que haya costado realizar el diseño.