¿Qué debes plantearte antes de crear cualquier tipo de app?

Crear una app para móvil puede parecer una idea sencilla. Creas un diseño, lo llevas a la práctica, lo compartes con el mundo y comienza a tener descargas. Sin embargo, el proceso es algo más complejo que esto. Y además de las preguntas que debes hacerte y que veremos más adelante, también hay dos factores de gran relevancia a tener en cuenta. 

Escoger una idea original para transformarla en app

Antes de lanzarse a crear, se ha de verificar que no exista ya esa misma app. Todos los pequeños diseñadores sueñan con poner en marcha su idea, subirla en la App Store y que, por el número de descargas conseguidas, su calidad y reconocimiento, una gran empresa se la compre. Sin embargo, hay que saber a qué nos enfrentamos.

Si existe ya una aplicación similar a la nuestra, habrá que hacer algunos ajustes para diferenciarla y que sea única. El objetivo debe ser también superar a la parecida en términos de calidad, para incrementar la probabilidad de que los usuarios se decanten por ella. El mercado es tan amplio y competitivo, que muchas de las ideas que nos vienen a la mente ya se han realizado. No obstante, siempre existe la opción de mejorar algo que ya existe. Por eso, el primer paso es de investigación.

Ten un presupuesto

El segundo paso antes de crear una app para móvil es hacer un plan financiero. Si quieres que tu app sea seria y profesional, vas a tener que invertir en ella. Por ejemplo, para delegar tareas relativas a materias que no se dominan o para pagar futura publicidad. Se debe hacer una estimación de los gastos que se asumirán y tener prudencia cuando se trate de beneficios.

Además del dinero, también hay que invertir tiempo. Si tu idea es crear la app para móvil en los ratos libres y compatibilizando con otro trabajo, quizás otra persona con más disponibilidad y compromiso se te adelante.

Si ya tienes la idea y sabes cómo hacerla, ahora es el momento de hacerte unas cuantas preguntas sinceras para valorar si el producto podría ser bueno aun sin existir.

¿La gente parece interesada en formar parte del equipo?

Aunque el apoyo no siempre ha acompañado a quienes un tiempo después han triunfado, si una idea es muy buena, hay una probabilidad alta de que a alguien más se lo parezca. Por ejemplo, tus compañeros de trabajo podrían estar interesados en participar o incluso tener a alguien dispuesto a invertir. En cualquier caso, las primeras interacciones que tengas con gente hablando de tu idea te servirán de feedback y puede que te den sugerencias interesantes.

¿Tienes bien definida la idea?

A veces creemos que lo tenemos claro en nuestra mente, pero a la hora de llevar la idea a la práctica, hay cabos sueltos. Debes tener todo establecido y registrado; listas, documentos, diagramas, gráficos, etc. Hay que apoyarse en todo. Además, esta información puede presentarse a los inversores, a quienes les gusta saber todo lo que está implicado antes de poner su dinero. Desgrana cada punto al milímetro, desde el nombre, el logo, la base de usuarios, la forma de monetización, el plan de publicidad y el dibujo del panel de usuario si hace falta. Cuanta más información tengas, mejor. 

¿Dispones de los profesionales adecuados?

Una pregunta crucial al desarrollar una nueva aplicación móvil es si tienes acceso a los profesionales adecuados. Esto abarca un amplio espectro, desde desarrolladores y diseñadores hasta expertos en marketing y atención al cliente. Contar con un equipo diverso y competente facilitará la superación de los desafíos técnicos que vayan apareciendo. Pero también a garantizar la funcionalidad y el atractivo visual de la aplicación.

Además, tener especialistas en áreas como la ciberseguridad y la experiencia del usuario puede marcar la diferencia en términos de confianza del usuario y de retención. Por otra parte, la colaboración interdisciplinaria también puede facilitar que surjan ideas innovadoras y soluciones creativas. Es importante evaluar si tu equipo tiene las habilidades y la experiencia necesarias para llevar a cabo el proyecto, o si necesitas buscar colaboraciones externas para cubrir las brechas y garantizar el éxito del desarrollo de la aplicación.

Definir el proyecto de forma clara y dividida en fases

Otra pregunta crucial es si el proyecto está definido de forma clara y dividido en fases. La claridad en la definición del proyecto es fundamental para establecer metas realistas y alcanzables. Al dividir el proyecto en fases, se facilita la gestión y se asegura un progreso constante. Cada fase debe tener objetivos claros y medibles, puesto que así podrás evaluar el progreso y realizar ajustes cuando sea necesario.

Esta estructura organizada no solo ayuda a mantener el rumbo, sino que también facilita la comunicación dentro del equipo y con los interesados. Además, la división en fases permite una mayor flexibilidad para adaptarse a los cambios y a las nuevas oportunidades a medida que vayan surgiendo. Esta metodología no solo simplifica la complejidad del desarrollo, sino que también aumenta las posibilidades de entregar una aplicación funcional y acorde con tus objetivos, dentro de los plazos que te hayas marcado.

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