El verano del amor gráfico
Una exposición en el Círculo de Bellas Artes de Madrid recoge un buen número de carteles, revistas, discos, etc, del movimiento hippie bajo el título Psicodelia en la cultura visual de la era beat 1962-1972.
Presentada en 2005 con el título The Pope Smoked Dope en la Galería Ciudad de Praga, esta exposición aborda la música beat y rock y su influencia en el diseño gráfico entre los años 1962 y 1972. Teniendo en cuenta que para la juventud de aquel periodo la música funcionó como un elemento clave en su formación vital, sentimental e incluso ideológica, parece pertinente prestar atención a la plasmación visual de la música y a las sensaciones que generaban los carteles y las portadas de los discos. La psicodelia triunfó con The Beatles, pero la ola psicodélica que alcanzó al mundo entero, tal y como había hecho antes la música beat, se generó en San Francisco con los carteles de los conciertos de rock y los bailes en el Fillmore West organizados por Bill Graham o los de Family Dog Productions.
La selección de piezas expuestas incluye numerosos carteles psicodélicos de San Francisco, carteles de rock checos y de otros países, más de 300 portadas de discos en las que destaca claramente su valor artístico o su significado clave en la historia de la música –Bob Dylan, Crosby, Stills & Nash, Pink Floyd, The Doors, The Beatles, The Rolling Stones, Mothers of Invention liderada por Frank Zappa y un buen número de bandas psicodélicas olvidadas de todo el mundo–, así como revistas de rock y revistas de formación de opinión como la estadounidense Oracle, la inglesa Oz o la checa Pop Music Express. Se exponen también libros y folletos con diseño psicodélico sobre música, cultura hippie, drogas y problemas de la civilización.
De hecho, las drogas psicodélicas son una parte importante de la muestra, puesto que lo fueron en la estética y el pensamiento del momento que refleja. Las visiones del LSD y la gráfica revisitando el Art Nouveau son indisociables. La legibilidad era menos importante que el impacto visual. "Cuando se comenzaron a hacer estos carteles, a los diseñadores les decían que no se podía leer lo que estaba en su interior. Pero eso era justo lo que buscaban. Los jóvenes empezaron a reconocer este estilo como propio, y cada vez que veían un póster ya sabían que iba dirigido a ellos", explica Zdenek Primus, coleccionista checo, historiador del arte y comisario de la exposición.