

Esto se consigue a partir de un proceso llamado renderizado. Os explicamos cómo conseguir estas imágenes.
Los renders se utilizan para obtener, partiendo de una maqueta en 3 dimensiones, una imagen que, pese a ser artificial, resulta extremadamente realista. De hecho, resultan ser muy fieles a la realidad.
El proceso, que normalmente se lleva a cabo con un software específico como el CAD, pasa por:
Si todos estos parámetros (la textura de los materiales del edificio o espacio, y la luz, que puede ser natural o con focos concretos) se aplican de forma adecuada, el resultado serán esas imágenes fotorealistas con modelos 3D.
Imaginemos por un momento que estamos pensando en organizar un evento. O que vamos a participar en la elaboración de un nuevo espacio expositivo en un museo. Gracias al modelado 3D y al renderizado, generaremos una imagen fotorealista del resultado final, fiel a cómo será en realidad, que nos permitirá que el cliente lo vea. Se reproducen espacios, los volúmenes y qué habrá en cada sala, así como la iluminación que tendrá. No se dejará nada a la imaginación y nuestro cliente puede participar activamente del proyecto. Aquí podemos ver un ejemplo:
Y comprobamos cómo incidirá la luz exterior en nuestro espacio expositivo.
Una vez conocido el proceso básico, aquí os proponemos algunos consejos para conseguir el máximo realismo posible en vuestras imágenes:
Las imágenes fotorealistas con modelos 3D son útiles en muchos campos del diseño, pero, especialmente en el diseño de espacios. Poder presentar a un cliente un entorno realista con la distribución final es, a todas luces, un auténtico lujo.