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Memphis como paradigma de la creación de un lenguaje formal

Aunque no fuera su intención inicial, la consolidación de un lenguaje formal propio fue, posiblemente, la mayor contribución de Memphis al mundo del diseño.

Autor: Jordi Blasi
Diseño de producto
24 de Octubre de 2018

En 1980, Ettore Sottsass reunió a unos cuantos diseñadores para proponerles formar un grupo de diseño colaborativo. El objetivo era poner en cuestión al diseño racionalista predominante durante aquellos años. Al grupo le llamaron Memphis y estuvo integrado, entre otros y además de Sottsass, por Andrea Branzi, Matteo Thun, Aldo Cibic, Michele de Lucchi, Barbara Radice o Nathalie du Pasquier. Como reto decidieron reunirse de nuevo al año siguiente para presentar sus propuestas durante el Salone del Mobile de Milán.

El resultado de aquél reto fueron una serie de muebles y lámparas estéticamente transgresoras, con un interés relativo en tanto que productos funcionales, pero que en su dimensión crítica al sistema, supusieron una importante sacudida a los cimientos del sector, que durante las siguientes décadas acabaría incorporando el recurso estético e incluso la provocación formal, como un ingrediente más de justificación para las nuevas propuestas de diseño.

Pero existe en Memphis un factor del que poco se ha hablado y que sin duda contribuyó a fortalecer aquél movimiento. Y es que muchas de las piezas presentadas aquél 1981 en Milán, tenían una estética parecida. Seguramente la respuesta la podemos encontrar en Abet Laminati; un destacado fabricante de laminados decorativos que esponsorizó aquél reto.

Sottsass conocía la empresa, para quien había diseñado en 1978 el patrón gráfico Bacterio (que usó en la configuración de Carlton, una de las propuestas que presentó en 1981). Los colores y patrones gráficos de Abet Laminati contribuyeron a la generación del lenguaje estético propio de Memphis, un hecho que sin duda fue esencial para el éxito mediático de aquél desafío y que apartir de entonces se convertiría en un recurso formal, al uso, aunque descontextualizado y carente de toda base conceptual que hubiera podido tener durante la década de los años ochenta.

Estantería Carlton. Ettore Sottsass, 1981

Lámpara Oceanic. Michele De Lucchi, 1981

Sofá Foliage. Patricia Urquiola, Kartell, 2011

Tocador Chandlo. Doshi Levien, BD Barcelona, 2012

Peluquería Young Mič Styling. Kitsch-Nitsch, 2013

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