Las 5 claves del design thinking para el diseño de producto

Las 5 claves del design thinking para el diseño de producto

Se llama design thinking a un método de trabajo que se ha exportado, desde el mundo del diseño, a muchas áreas donde se necesita solucionar problemas. Se trata de aplicar las claves del design thinking para el diseño de producto a otros ámbitos.

Autor: Elena González
Diseño de producto
18 de Abril de 2022

¿Qué es el Design Thinking?

El Design Thinking es un sistema de resolución de problemas complejos, muy utilizado en entornos creativos y relacionados sobre todo con el diseño. No obstante, se puede utilizar en todo tipo de entornos y empresas. Se caracteriza por enfocar la resolución de los problemas de forma que en lugar de centrarse en el problema en sí, se parte de él para avanzar hacia su resolución y para llegar al punto en el que se desea estar en el futuro. Este sistema, basado entre otras cosas en la lógica, la intuición y el razonamiento, se basa por tanto en la exploración de lo que podría suceder si se resuelve un problema o situación, y en cómo se puede conseguir el resultado deseado.

Cuando se lleva a cabo un proceso de Design Thinking para abordar un desafío, siempre se busca conseguir un resultado que adapte la necesidad de cada persona o equipo a las posibilidades que son viables a nivel tecnológico. Además, entre los fines a lograr está la generación, también, de oportunidades de mercado, en el caso de que lo que se aborda sea la comercialización de un producto o servicio. También la generación de valor para los clientes y consumidores.

 

design thinking diseño de producto

 

¿Cuáles son las fases del Design Thinking?

A pesar de que en la actualidad hay diversos enfoques con respecto al método de Design Thinking, todas tienen los mismos principios, y aunque con variaciones ligerísimas, también las mismas fases. Cinco, en total:

1 - Empatizar con clientes y usuarios: de esta manera, quien tiene que abordar el proceso conseguirá que se sientan cómodos y podrá sacarles la mayor cantidad posible de información para dar con la solución adecuada a lo planteado. Para ello se puede analizar la comunicación entre las dos partes, tanto la verbal como la no verbal. Con esta última se pueden ver actitudes y detectar si el interlocutor está o no relajado, cómodo o a la defensiva. 

2 - Definir y concretar las necesidades e ideas que tienen los clientes y usuarios: con todos los datos recabados en esta fase, se puede contar con una base para el desarrollo de ideas y posibles caminos a tomar para encontrar una solución al desafío. A partir de ellas también se pueden plantear alternativas y sugerencias.

3 - Generación de ideas para solucionar problemas: esta etapa es una de las principales en cualquier proceso de Design Thinking. Las ideas creadas girarán en torno a las primeras deducciones sobre el proceso, y tienen que caracterizarse por ser un avance con respecto a ellas. A estas primeras ideas pueden sucederles otras más avanzadas.

4 - Preparación de un prototipo: este se configurará a partir de las ideas de la fase anterior, y no se puede considerar como el resultado definitivo, ni tampoco como la solución única al desafío. Sí se puede percibir como un avance hacia la solución o soluciones más adecuadas.

5 - Prueba del prototipo: en esta última fase se prueba si el prototipo desarrollado en la fase anterior funciona, y puede constituir una solución al desafío planteado. Aquí se puede observar cómo funciona y se comporta y, a partir de los datos recogidos, proponer mejoras o ajustes sobre el prototipo inicial para dar con uno definitivo. Tras dar con el prototipo que plantea una solución al problema, se llega al final del proceso.

Hay que tener en cuenta, eso sí, que estas fases del proceso de Design Thinking no son en absoluto secuenciales. Es decir, no tienen que realizarse obligatoriamente una después de la otra, sino que se pueden desarrollar sin ningún tipo concreto de orden. E incluso trabajar en varias al mismo tiempo, y realizar iteraciones de varias de las fases sin volver a empezar desde cero. No se trata por tanto de un procedimiento de solución de desafíos ordenado, sino que busca innovar y solucionar problemas mediante un método que aprovecha el razonamiento y la creatividad. 

 

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¿Cuánto dura un proyecto de Design Thinking?

Aunque el desarrollo de un proceso de Design Thinking, por tener pocas fases, puede parecer rápido, no lo es en absoluto. No se puede plantear para solucionar un problema o un desafío en una mañana. Para que sea eficaz, será necesario plantear varias reuniones para avanzar en el proceso, y preparar cada una de manera adecuada. Todo dependerá también de la envergadura del proyecto a atacar, aunque en muchas ocasiones será aconsejable dividir el proyecto más grande en varios más pequeños, siempre que sea posible, y abordar cada uno por separado, con su propio proceso de Design Thinking.

En cualquier caso, para poder aprovechar bien esta metodología, lo ideal es programar, como mínimo, una reunión para cada fase del proceso. Por eso, cada proyecto tendrá un mínimo de cinco sesiones hasta que se dé con su solución. En ocasiones, será necesario estudiar el ámbito de trabajo de quienes plantean el problema o el desafío, con el objetivo de extraer información útil para su resolución. ¿Qué quiere decir esto? Que el tiempo que dura un proyecto de Design Thinking es variable, y se puede extender desde unos días hasta varias semanas. 

Ejemplo de Design Thinking

En la actualidad, como hemos comentado, este sistema es habitual en empresas y departamentos de todo tipo. Incluso entre las dedicadas al desarrollo de software de empresa, como la alemana SAP. La compañía utilizó este sistema a nivel interno para dar con ideas para mejorar sus productos y herramientas software, y mejorarlas. 

Los directivos de SAP querían que sus programas fuesen más manejables, y también más sencillos de comprender para sus usuarios. Todo ello, además, con el objetivo de conseguir que sus programas cubriesen las necesidades reales de sus clientes. Para ello utilizaron Design Thinking, y los resultados fueron exitosos, consiguiendo crecer en ventas y adopción de su software.

Con el proceso, los programas de SAP se adaptaron a lo que necesitaban y buscaban en concreto los clientes de su compañía. Además, en SAP lograron mejorar la experiencia de usuario de sus clientes. Para ello, les implicaron en el proceso y les pidieron su opinión. Con ellas idearon varias mejoras y cambios, además de optimizar la interfaz a través de la cual los usuarios interactúan con los programas para que fuese más intuitiva. Los resultados, además, permitieron conseguir a los clientes sus objetivos con más agilidad y eficiencia. 

Nuestro Máster en Diseño de Producto te ayudará a profundizar en esta técnica y aplicarla no solo al diseño de producto, sino a muchas otras áreas.

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